Los Worldtimers: de sus orígenes a dos grandes opciones actuales

WATCH REVIEW

10/1/2025

Siguiendo con la serie de artículos donde repasamos complicaciones clásicas y tipos de relojes con historia, hoy toca hablar de una de las más útiles y románticas a la vez: el worldtimer.

Los relojes con función worldtimer nacen de una necesidad muy concreta: saber la hora en varias partes del mundo de un solo vistazo. Su origen se remonta a los años 30, cuando el maestro relojero suizo Louis Cottier desarrolló un mecanismo que permitía mostrar las 24 zonas horarias principales simultáneamente. Este tipo de relojes fue adoptado rápidamente por viajeros frecuentes, empresarios internacionales y, cómo no, por las compañías aéreas en plena era dorada de la aviación comercial.

El diseño clásico de un worldtimer se caracteriza por un disco externo con los nombres de las ciudades y un disco interior o anillo horario que rota o se ajusta para alinear la hora local con el resto de zonas. Es una complicación que mezcla funcionalidad pura con un toque de romanticismo global. Y aunque existen variantes más simples, como los GMT, el worldtimer sigue siendo el icono absoluto de la relojería pensada para quienes cruzan husos horarios con regularidad… o simplemente sueñan con hacerlo.

Aunque tradicionalmente los relojes worldtimer han sido relojes caros, por la complejidad del mecanismo y su carácter más exclusivo, lanzados en sus inicios por marcas como Patek Philippe o Vacheron Constantin, en este artículo voy a repasar dos de las mejores opciones que puedes encontrar ahí fuera si buscas esta complicación a un precio razonable: el Nomos CLub Campus neomatik Worldtimer y el Farer World Timer Roche 2. Ambos están bien ejecutados y comparten esfera azul, pero tienen diseños muy distintos y ofrecen formas muy diferentes de entender una misma función...

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